El Plan Cerdá fue un plan de reforma y ensanche de la ciudad de Barcelona de 1860que seguía criterios del plan hipodámico, con una estructura en cuadrícula, abierta e igualitaria. Fue creado por el ingenieroIldefonso Cerdá y su aprobación fue seguida de una fuerte polémica por haber sido impuesto desde el gobierno del Reino de España en contra del plan de Antoni Rovira i Trias que había ganado un concurso delAyuntamiento de Barcelona.
El ensanche contemplado en el plan se desplegaba sobre una inmensa superficie que estaba libre de construcciones al ser considerada zona militar estratégica.
Proponía una cuadrícula continua demanzanas de 113,3 metros desde el Besós hasta Montjuic, con calles de 20, 30 y 60 metros con una altura máxima de construcción de 16 metros. La novedad en la aplicación del plan hipodámico consistía en que las manzanas tenían chaflanes de 45º para permitir una mejor visibilidad.
El desarrollo del plan duró casi un siglo. A lo largo de todo este tiempo, el plan se ha ido transformando y muchas de sus directrices no se aplicaron. Los intereses de los propietarios del suelo y la especulación desvirtuaron finalmente el plan Cerdá.
El nuevo lenguaje de Cerdá
Plano de un conjunto de dos manzanas de la trama Cerdá extraído de un folleto publicado en 1863. Se corresponde con el sector ubicado entre la Gran Vía y Diputación, y entre Roger de Lauria y Gerona, entonces nombrado con letras y números: M y N, 31, 32 y 33.
El plan aportó la clasificación primaria del territorio: las «vías» y los espacios «intervías». Las primeras constituyen el espacio público de la movilidad, del encuentro, del soporte a las redes de servicios (agua, saneamiento,gas…), el arbolado (más de 100.000 árboles en la calle), el alumbrado y el mobiliario urbano. Las «intervías» (isla, manzana, bloque o cuadra) son los espacios de la vida privada, donde los edificios plurifamiliares se reúnen en dos hileras en torno a un patio interior a través del cual todas las viviendas (sin excepción) reciben el sol, la luz natural, la ventilación y la joie de vivre, como pedían los movimientos higienistas.
Cerdá defendía el equilibrio entre los valores urbanos y las ventajas rurales. «Ruralizad aquello que es urbano, urbanizad aquello que es rural» es el mensaje lanzado al principio de su Teoría General de la Urbanización.
Dicho de otra forma, su propósito era dar prioridad al «contenido» (las personas) por encima del «continente» (las piedras o los jardines). La forma, tema tan obsesivo en la mayoría de planes, no es más que un instrumento, si bien de máxima importancia, pero a menudo demasiado decisivo y a veces prepotente. La magia de Cerdá consiste a engendrar la ciudad a partir de la vivienda. La intimidad del domicilio se considera una prioridad absoluta y, en un tiempo de familias numerosas (tres generaciones), hacer posible la libertad de todos los miembros se podría considerar utópico.
Cerdá cree que la vivienda ideal es la aislada, lo rural. No obstante, las enormes ventajas de la ciudad obligan a compactar, esencia del hecho urbano, y a diseñar una vivienda que permita su encaje en un edificio plurifamiliar en altura, y disfrute, gracias a una esmerada distribución, de una doble ventilación por la calle y por el patio interior de la «manzana». La caricia del sol está asegurada en todos los casos.
Geometría de las manzanas
Dimensiones de las manzanas estándard
Las dimensiones de las manzanas vienen dadas por las distancias antes mencionadas entre los ejes longitudinales de las calles y la misma anchura de estas vías, de manera que al establecer una anchura estándar de las vías en 20 metros, las manzanas están formadas por cuadriláteros de 113,3 metros, truncados sus vértices en forma de chaflán de 15 metros, cosa que da una superficie de manzana de 1,24 ha, contrariamente a la creencia popular de que tienen una superficie exacta de 1 hectárea. La cifra de 113,3 metros ha tenido diversas justificaciones. Manuel de Solà-Morales considera que las 5 manzanas que hay entre el antiguo baluarte de Tallers (actual plaza Universidad) y el de Jonqueres (actual plaza Urquinaona) son las que marcan el factor a partir del cual se construye el resto.
Cerdà justificó el chaflán de los vértices de las manzanas desde el punto de vista de la visibilidad que eso da a la circulación rodada y en una visión de futuro en la cual no se equivocó más que en el término utilizado para definir el vehículo, hablaba de las locomotoras particulares que un día circularían por las calles y de la necesidad de crear un espacio más amplio en cada cruce para favorecer la parada de estas locomotoras.
El diseño de algunas vías más anchas, sin que eso perturbe la cuadrícula regular de 113,3 m, permite reducir adecuadamente las dimensiones de las manzanas afectadas por el ensanchamiento de las vías, como sucede en la Gran Vía de las Cortes Catalanas, bajo la cual circulan el metro y el tren, la calle Aragón por la cual durante muchos años transitaba el ferrocarril en el aire libre hasta que finalmente fue soterrado, la calle Urgell y otras.
Diseño y agrupación de las manzanas
Dentro del espacio de cada manzana, Cerdá concibió dos formas básicas para situar los edificios, una presentaba dos bloques paralelos situados en los lados opuestos, dejando en su interior un gran espacio rectangular destinado a jardín y la otra presentaba dos bloques unidos en forma de "L" situados a dos lados contiguos de la manzana, quedando en el resto un gran espacio cuadrado también destinado a jardín.
La sucesión de manzanas del primer tipo daba como resultado un gran jardín longitudinal que atravesaba las calles y la agrupación de 4 manzanas del segundo tipo, convenientemente dispuestas, formaba un gran cuadrado edificado atravesado por dos calles perpendiculares y con sus cuatro jardines unidos en uno.
Evolución del Plan Cerdá-La estructura de las manzanas
Evolución de la estructura de las manzanas desde el Plan hasta la actualidad
La oposición a Cerdá y a su Plan por parte del pueblo barcelonés, facilitó la aparición de actividades especulativas y argumentos que trataban de conseguir un mayor espacio construido. El primero de ellos fue que si las calles tenían 20 metros de ancho, bien podía aumentar la profundidad de los edificios en esta misma medida, se ocupó posteriormente la zona central de las manzanas con edificaciones bajas, destinadas en la mayoría de los casos a talleres y pequeñas industrias familiares, desapareciendo con eso la mayor parte de los jardines centrales, con lo cual como último recurso para aumentar el suelo construido se unieron los dos laterales ya construidos con edificios que los unían, cerrando por completo las manzanas.
Evolución de la altura. Los "remontes"
Evolución de la altura de los edificios
Parecía que en este punto finalizaba el proceso especulativo, pero apareció un nuevo argumento: si las calles tenían 20 metros de ancho, no tendría que haber inconveniente en qué los edificios tuvieran una altura de 20 m en lugar de los 16 m proyectados, ya que el aumento de altura, estando el sol en 45º, ilumina cualquier edificio en su totalidad sin que ningún edificio vecino le hiciera sombra; este argumento unido a la construcción de techos más bajos dio como resultado que se ganaran dos pisos de altura.
Finalmente, teniendo en cuenta la teoría anterior, si se construye sobre el edificio actual un piso más, pero con la fachada retirada hacia el interior del edificio la misma medida que la altura de este piso, se conseguiría aumentar el espacio construido sin que la sombra del edificio afecte a los edificios vecinos si el sol está en 45º; nacía así el piso ático, y por la misma teoría se construyó el sobreático, retirando la fachada otra vez hacia atrás la misma medida que la altura de este nuevo piso.